lunes, 9 de diciembre de 2013

los rios





El Río Yuna



1.El Yuna es el segundo río más importante de la República Dominicana, con un recorrido total de 210 km. Se extiende desde los Montes Banilejos hasta su desembocadura en la Bahía de Samaná.

La cuenca hidrográfica se extiende por la zona oriental del Valle del Cibao ocupando una superficie de 5.498 km². El Río Yuna es el río más caudaloso de la República Dominicana.

Es considerado como el segundo río más importante del país, con un recorrido total de 210 kilómetros, que van desde los llamados Montes banilejos hasta su desembocadura en la Bahía de Samaná.

Su cuenca hidrográfica (la segunda más grande del país) mide 5,498 kilómetros cuadrados. El Yuna es el segundo río más caudaloso de República Dominicana.

Su paso es a lo largo de toda la zona oriental del fértil Valle del Cibao, considerada como una de las más húmedas áreas del país. Los afluentes: Camú, Masipedro, Maimón, Chacuey y Cuaba.

2.Yuna, río de la República Dominicana situado en la zona nororiental de la isla de La Española. Surge en la Cordillera Central de la isla, donde a través de varios afluentes recoge las abundantes lluvias de la región, y se dirige hacia al este, atravesando las provincias de La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte y Samaná. Pasa por las ciudades de Pimentel, Villa Riva y desemboca en la bahía de Samaná, muy cerca de la ciudad de Sánchez Ramírez. A lo largo de sus 150 km de recorrido recibe muchos afluentes, entre los que destaca el Camú. Todos estos aportes hacen que sea navegable para barcos de pequeño calado. Sólo la cabecera, de pendientes fuertes y rápidos, es inaccesible para la navegación. Las copiosas lluvias que caen de mayo a noviembre provocan que se desborde en su curso inferior, produciendo inundaciones que enriquecen las tierras bajas y convirtiéndolas así en una de las principales regiones agrícolas del país.
Afluentes 

* Camú
* Masipedro 
* Maimón
* Chacuey 
* Cuaba

Río Camú



Este río, leyenda viviente y principal fuente acuífera ligada a la vida y a la historia de La Vega, agoniza ante la indiferencia de todo un país indolente. El río Camú, regalo maravilloso de la naturaleza, el cual abraza la accidentada anatomía de la ciudad de La Vega, saciando la sed de todos los municipios a los que toca, especialmente la de los terrenos agrícolas de las ubérrimas tierras del valle de La Vega Real, sigue sin dolientes que clamen y trabajen por la detención del vil asaltado de que ha sido victima.

El Camú, agua donde fueron bautizados los primeros cristianos del continente americano, también fue utilizado en los principios del siglo XIX para transportar las mercancías y productos agrícolas que dinamizaron la economía de esta región, para lo cuales eran usadas goletas y barcas con base plana a fin de evitar que se atascaran en los puntos de poca profundidad.

Hoy, los veganos de manera inconsecuente e injustificada hemos cambiado su curso y su historia. Hoy el Camú no es más que un lugar ensuciado y contaminado al cual le han extraídos de sus entrañas indiscriminadamente arena, grava y cascajo, maltratando y deforestando su cuenca y agotados casi todos de los arroyos que lo alimentan.

Este crimen, contó con la complicidad de una población que por miedo o complicidad se mantuvo en silencio, unos por temor a la represalia de los sicarios de la tiranía y otros por los beneficios que obtenían de esta. Solo dos prestantes damas de esta sociedad se atrevieron a oponerse a esa acción, mujeres ejemplares que enarbolaron el estandarte de la dignidad. Ellas fueron la profesora Rhina Espaillat y la señora Delia García Godoy, las cuales por su posición fueron apresadas y vejadas por el régimen. Estas fueron las únicas voces de indignación que se escucharon, por lo que merecen hoy nuestro respeto y consideración.

Hoy esta generación ha pagado muy caro esta acción y las consecuencias han sido la-mentables en pérdidas 

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